Las amenazas y la violenta represión de la junta militar en Myanmar (antigua Birmania) no han servido de nada. Cientos de miles de personas salieron ayer de forma masiva a las calles en ciudades como Yangón y Mandalay después de que los militares, que dieron un golpe de Estado el día 1, advirtieran de que habrá "pérdidas de vidas" si se mantiene la "confrontación".