La escalada de violencia en Myanmar, donde el golpe militar ha puesto punto y aparte a una transición democrática de 10 años -impulsada sobre todo desde 2015, cuando la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés) de la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi ganó los primeros comicios semilibres del país-, ha sido condenada por gran parte de la comunidad internacional.