Las críticas de la oposición y del sector económico por la tibieza del Govern ante la deriva vandálica de las protestas de la última semana obligaron ayer a Pere Aragonès a defender al Ejecutivo en funciones que lidera. "El saqueo, la quema de mobiliario urbano o el enfrentamiento con los trabajadores públicos no son ni libertad de expresión ni de manifestación", dijo.