Marco Airoldi (Milán, 1960), aterrizó en Benetton en 2014 para levantar a un alicaído icono de la moda. Si en 2007 la colorista marca italiana facturaba más de 2.000 millones, siete años más tarde había perdido una cuarta parte de sus ventas. El ingeniero puso en marcha una "reestructuración profunda" que pretende reverdecer laureles y dar la vuelta completamente a la empresa.