En sus orígenes internet fue una promesa de libertad. Con el tiempo, ha derivado en un mundo distópico. “Era un espacio libre, como las antiguas tierras comunales, y ha sido sustituido por grandes latifundios, grandes poderes que se han apropiado”, denuncia la activista digital Simona Levi, que publica Digitalización democrática (Rayo Verde, en castellano y catalán).