Ofenderse se ha convertido en el deporte nacional por excelencia. Me di cuenta de ello hace unos meses en el teatro, viendo La pell fina, una brillante comedia de Carmen Marfà y Yago Alonso que reflexiona sobre cómo nos tratamos las personas y la facilidad que tenemos para ofendernos por aquello que nos llega de los otros y no son adulaciones.