Ojalá el centenario de la radio sirva para corregir la anomalía de hablar mucho más de otros medios que del propio. La conmemoración lo compensa activando protocolos endogámicos. La competencia corporativa jerarquiza los intereses. En nombre del centenario, se obvia el vértigo que provoca la fragmentación, la precariedad y la sumisión a unas redes sociales cada vez más invasivas.