Cuesta referirse a “una palmera solitaria” sin que suene a verso redundante y poesía barata. Sirva de excusa que se trata, efectivamente, de la palmera más sola del mundo, última de su especie en estado silvestre. Así lo afirma un grupo de botánicos indios, que lanzó la semana pasada una campaña de concienciación, en primer lugar entre los vecinos del Himalaya que son sus ángeles custodios.