Cuando la ejecutiva del PSOE convocó el congreso del partido para este fin de semana, el pacto de financiación entre socialistas y ERC ocupaba los titulares, Pedro Sánchez había pasado página de sus cinco días de reflexión, gestionaba el caso Koldo con cierto desdén y su rictus solo manifestaba una íntima molestia por la investigación a Begoña Gómez.