Si nos tumbamos en el suelo a mirar el cielo, y tenemos la suerte de dar con una noche oscura, sin nubes ni luna, y se ve la Vía Láctea, lo más probable es que yo te pregunte: ¿sabes por qué se llama Vía Láctea? Hay diferentes versiones del mito, pero yo te contaría la historia tal como me la explicó un amigo por primera vez hace muchos años.