Angelina está algo alicaída porque, debido a su edad, ya no puede hacer todo lo que hacía antaño. Para combatir ese sentimiento, continúa dándose pequeñas alegrías que le ayudan a salir adelante y disfrutar de lo bonito de la vida. Por ejemplo, durante el verano, cada día a las cuatro de la tarde, es hora de comerse un helado (un Magnum de chocolate negro).