Al escritor e historiador Marek Halter, judío de origen polaco, y el imán de la población francesa de Drancy, Hassen Chalghoumi, les separan muchas cosas. De entrada, la edad y el origen –el primero, de 92 años, nació en Varsovia; el segundo, de 52, en Túnez–, y a continuación, la religión y la cultura.