barcelonaFrancesc Peirón, los ojos de La Vanguardia en Estados Unidos, llevaba ya muchos años de corresponsal cuando regresó a una redacción muy cambiada. De pronto vio un bigote y se tranquilizó: “Estoy en mi redacción”. Era el bigote de Lluís Permanyer, que suscita unanimidad en la profesión: todo el mundo lo quiere y lo admira.