De niño veía en televisión los dibujos del Correcaminos y el Coyote. De adulto, a Pedro Sánchez y a Alberto Núñez Feijóo. La dinámica es muy similar. El Coyote quiere atrapar a toda costa al Correcaminos porque le posee un hambre atroz. No es que parezca que el Correcaminos tenga mucha carne para ser cocinada, pero el Coyote vive presa de una obsesión: darle caza.