En el 2015, en plena crisis de refugiados, con cientos de miles de personas cruzando desesperadamente el Mediterráneo huyendo de la persecución y conflictos en Siria, Afganistán e Irak, la Unión Europea planteó la creación de un programa para promover el talento y el tejido económico en los países de la cuenca sur del Mediterráneo.