Vivir

El día que se acabó la sal

La VanguardiaJulià Guillamon
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Yo no estaba, pero al regresar me lo contaron como una gran cosa: el miércoles de la semana pasada en el pueblo se acabó la sal. Parece el argumento de un cuento fantástico: primero se acaba la sal y a continuación aparecen los zombis de los leñadores y carboneros que trabajan para los grandes propietarios.
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