Todos los hombres son iguales, pero sucede que algunos lo son más que otros. Pasa lo mismo con las aficiones y su natural inclinación a la ciclotimia. Todas ellas se comportan como los adolescentes con el amor. De la euforia al sentir alicaído sin que la mayoría de las veces haya motivos de enjundia que justifiquen tanto subir y bajar.