No es país para viejos es el título de una película ambientada en 1980. Si otra pretendiera ofrecer un retrato de la sociedad de hoy, tendría que llamarse No es país para jóvenes. Todo indica que ser joven en el 2024 no solo es más duro sino menos divertido, incluso más angustiante, que hace 40 años, cuando yo lo fui.